Esta edición de SER HUMANO fue distinta a las demás, porque no consistió en planear un par de sesiones fotográficas mientras platicábamos cómodamente en el estudio, sino que durante una semana de trabajo hombro con hombro, intercalamos las sesiones en horas laborales entre risas, desvelos y presiones de tiempo.
Conocer a Mireya fue una experiencia increíble para nosotros, entramos un medio del que sólo habíamos escuchado y comprobamos que para llegar a las metas se necesita humildad y esfuerzo. Con gusto podemos decir que logramos no sólo una buena relación laboral, sino una gran amistad.